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Cómo cuidar a otros sin dejar de cuidarse

Christina Joseph Por Christina Joseph

Mickey: Llevamos 57 años de casados. Es más que mi esposa, es mi mejor amiga. Hace unos seis meses me operaron de la columna. Sarah me cuidó. Hacía todo: desde conducir hasta ir a buscar los medicamentos. Fue mi cuidadora.

Sarah: Lo que me motiva para llevar una vida saludable es cuidarme lo mejor posible para ser capaz de cuidar a quienes amo. Estamos convencidos de que el cuidado médico preventivo es esencial para la salud duradera. Con Aetna, tenemos varios servicios preventivos a nuestra disposición. Me hago la mamografía anual y el examen físico. Mickey también.

Mickey: Con el programa Aetna Medicare Advantage, tenemos acceso a médicos de PPO, a todos los hospitales de la red y los proveedores que trabajan en ellos. Y la terapia física para volver a caminar después de la operación de columna. Eso es lo que hemos obtenido del programa Aetna Medicare Advantage.

Sarah: Cuando Mickey se sometió a una operación de corazón a cielo abierto, yo tenía cáncer de riñón. Me cuidó y yo a él. Me recuperé gracias a Mickey, que se ocupó de todo lo que hago. Para que esté saludable, Mickey incentiva mis actividades. Como me importa mucho mi familia, quiero cuidarme y estar sana así paso más tiempo con ella.

Mickey: A eso nos ayudó el programa: a vivir y disfrutarlo.

Cuando Sarah y Mickey Solomon* se casaron hace 57 años, se tomaron la frase “en la enfermedad y en la salud” al pie de la letra.

En su largo matrimonio, los integrantes de esta pareja de Roswell, Georgia, ambos de 78 años, se han cuidado cuando han estado enfermos. Por eso, siempre priorizan la salud.

“Ser buen cuidador conlleva cuidarse también”, explica Sarah. “Estamos convencidos de lo esencial del cuidado preventivo”.

Sarah y Mickey aprovechan todo lo que se ofrece con el plan Medicare Advantage a fin de gozar de la mejor salud. Programan visitas anuales al dentista y al médico, y se hacen exámenes de rutina, como mamografías y colonoscopias.

Sabe muy bien que el control de rutina salva vidas. Hace varios años, Sarah fue a controlarse con el dermatólogo y le mostró algo en la pierna. Creía que una abeja la había picado mientras hacía jardinería.

“Dijo ‘No, no es una picadura de abeja. Podría ser cáncer’”, recuerda Sarah.

Tras otros estudios, se confirmó el diagnóstico. Operaron a Sarah para extirpar el cáncer y transitó un largo tratamiento y recuperación. Mickey estuvo a su lado día y noche. “Me cocinaba. Desayuno, almuerzo y cena. Se ocupaba de todas mis tareas en la casa, porque todavía no podía caminar”, recuerda.

Antes de que le diagnosticaran cáncer, Sarah jamás se perdía la clase de ejercicio acuático en un gimnasio del centro. Las clases estaban cubiertas en el programa SilverSneakers® de Medicare Advantage. Pero, una vez que se recuperó, Sarah no quiso viajar más esos 20 minutos. De todos modos, necesitaba mantenerse en forma; no solo por ella, sino también por Mickey. Ahora, camina con su hijo y nieta en el parque entre tres y cuatro millas varias veces a la semana.

“Me da energía para hacer todo lo que quiero”, dice acerca del ejercicio regular. “Así conservo la fuerza y la salud”.

Sarah necesita esa fuerza ahora que le toca encargarse de Mickey. Se sometió a una operación de columna hace seis meses y está en recuperación. Sarah lo lleva al médico, busca los medicamentos, cocina y se ocupa de lo que surja.

Con su ayuda, Mickey volverá a su rutina pronto: practicar golf en el jardín o trabajar en la oficina que comparten en la casa. “Funcionamos en equipo”, dice Mickey. “Mantenernos saludables nos permite hacer lo que disfrutamos”.

* Sarah y Mickey Solomon son miembros de Aetna. Ellos nos permitieron usar sus nombres y su historia.

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Llame al 1-833-329-0412 

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